NO RECOMENDADO A MENORES DE 13 AÑOS (Bueno, mejor 18, vamos a curarnos en salud)


Advertencia: Las historias aquí descritas pueden herir su sensibilidad y causar traumas irreversibles

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IX "Los Dementira"

Al día siguiente, Gerardo despertó con un terrible dolor de cabeza, apenas había dormido debido a los extraños y desagradables sueños que lo habían atormentado durante toda la noche: un monito tití galopaba a lomos de una cerda preñada en dirección a Hogwarts, al llegar a la enfermería del colegio la cerda se ponía de parto y daba a luz a un ser abominable con cuerpo de cerdito enano y cabeza humana, su rostro era igual que el de su amigo Haris, pero la criatura no tenía dientes ni pelo en la cabeza, después al monito tití le crecían unas horribles alas de murciélago en la espalda, cogía en brazos a la grotesca y recién nacida criatura y echaba a volar por los pasillos del colegio en dirección a los oscuros sótanos donde se encontraban las dependencias de la casa “Esmirriadin”, allí, en la sala común les esperaba un hombre malvado
Resultó que no era el único que no había pegado ojo, Ro Ro se encontraba igual o peor que él si cabe, estaba pálido como un albino con anemia y sudoroso como un obeso colgando cortinas, le confesó que había tenido unas pesadillas horribles durante toda la noche; La cosa es que durante la última clase que tuvieron el día anterior, la profesora de astrología “Nube de María” se había fumado un porrillo afectando a los alumnos de las primeras filas, entre los que se encontraban ellos dos. La María, en contra de lo que habían oído, les había jugado una mala pasada.

Después de un suculento desayuno, su compi de casa “Jaimito Joplis” más conocido por “Jimmy el silencioso” les indicó por gestos donde quedaba la primera clase del día, tocaba clase de “defensa contra la magia negra” con el profesor Severo Ñapo. Jimmy por su parte se declaraba pacifista así que en vez de a aquella clase acudiría a Pociones y es que en la EGB se había aficionado a eso de la nomenclatura y la formulación, hasta estaba ahorrando para comprarse el juego de Micronova.
El profesor Ñapo, al ver a tantos alumnos de la casa “Gimeno” en su clase, se irritó muchísimo pues era el tutor de la casa “Esmirriadin” de la que había formado parte desde niño. El resto de integrantes de las otras tres casas le caían de por si como el puto culo, en especial y por razones que no vienen al caso, los miembros de la casa “Esmirriadin” a los que de ser por él los gasearía con gas mostaza mientras bailaba sardanas a su alrededor... todo se desvelará en su momento.
Una vez se hubieron sentado todos los alumnos, el profesor Severo Ñapo se dispuso a comenzar la clase.
Gerardo lo miraba atónito, estaba casi seguro de que se trataba del profesor al que había espiado la otra noche si la vista y los oídos entaponaos de cerumen no le fallaban, y es que estaba sentado en segunda fila y los casi dos metros que le separaban de él eran un mundo de tinieblas que podía inducirle al error. Aun así, ese profe no le gustaba un pelo, no solo por su aspecto que era repulsivo, era por como les miraba a él y a sus amigos, según Ro Ro, con el ceño fruncido, los ojos inyectados en sangre, una mueca horrible, los colmillos asomando y chorreando saliva y gruñéndoles como un perro salvaje en disputa por un nido pollos. Porque le habían enseñado a no ser mal pensao que si no hubiera jurado por el mismísimo Tamariz que ese profe les tenía manía.


- Hoy, en nuestra primera clase, os voy a hablar de uno de los mayores peligros del universo, os voy a hablar de vuestra principal amenaza en este idílico mundo. Y es que ser infante es motivo de atracción para un sinfín de degenerados y de pervertidos que harán todo lo posible por abusar de vosotros. Ya podéis tener cuidado porque están en todas partes, en las escuelas, en las iglesias, en facebook, en tuenti, en los chat de magia potagia... en especial en las redes sociales y en las catequesis para que mentir. ¿Alguien sabe de quien hablo. Si, Draculo?
- De los masones
- No vas muy desencaminado, pero no ¿Gorila?
- ¿Los testigos de Jehova?
- No, pero casi, nos estamos acercando

La pobre de Herminia no hacía más que estirar el brazo, casi podía alcanzar el techo, pero el profesor no tenía ojos más que para los alumnos de Esmirriadin – Los pedófilos – Gritó al fin y es que a pesar de haber dejado de menstruar a causa de su enfermedad tenía mala folla la condenada.


- Diez puntos menos para Gimeno – Gritó furioso el profesor – No se habla sin mi permiso. ¿Si, Draculo?
- Los pedófilos
- Así es, cien puntos más para “Esmirriadin”


Gerardo suspiró muerto de envidia por la inteligencia del Nazi de mierda. Querría ser así de listo y conseguir puntos a cascoporro para su casa.


- Los pedófilos harán cualquier cosa para conseguir su objetivo, bien sea meteros mano hasta los higadillos o hacerse una colección de fotografías vuestras de lo más insinuantes. Nosotros los llamamos los “Dementira” porque dirán lo que sea con tal de hacerse vuestros amigos. ¿Alguien sabe que hay que hacer si te encuentras cara a cara con un Dementira?


¡Leches! Esta me la sé - Pensó Gerardo - esos no muertos ambulantes que parecen una panda de tunos recién escapaos de un incendio aparecen en mis libros favoritos y dan miedo que te cagas patas abajo - Así que decidido levantó la mano regordeta de dedos morcillosos y ensangrentados de tanto morderse las uñas hasta los codos dispuesto a conseguir los primeros puntos para Gimeno. Nervioso como estaba, ya tenía bastante con evitar mearse encima, se levantó de su asiento como si le hubiesen mordido en el culamen y contestó antes de que le dieran permiso.


- Le tienes que lanzar un “Espectro Patronus” que es como un gusiluz gigante con forma de animalico que les da tanto miedo a los Dementores que salen por patas en cuanto lo ven, a mi me gustaría que el mio tuviese forma de ardi-rata porque es un bichico que me encanta, sale en una película que no hace más que llevar una peladilla de un lao a otro, más majico el bicho; se lo pedí a mi agüelo cuando vi que lo tenían en peluchín en las tombolas que ponen en las ferias pa pilares pero me dijo que ya era bastante regalo que me dieran de comer to los días...


Gerardo, orgulloso de su concisa respuesta, se sentó de nuevo a esperar el veredicto.
Se hizo el silencio, todos los allí presentes, profesor y alumnos, alumnos y profesor, se quedaron boquiabiertos ante aquella inesperada respuesta. Gerardo sentía, como si se tratase de puntas de flecha, todas la miradas clavadas en él, tan ruborizado estaba, tan nervioso por la esperada compensación de puntos, tan angustiado al fin y al cabo, que mojó un poco los calzoncillos y el agradable calorcito lo calmó un poco.


- Esto... - continuó el profesor Ñapo una vez hubo conseguido salir del “shock emocional”- ¿Alguien sabe que hay que hacer si te encuentras cara a cara con un Dementira?
- ¿Nadie, nadie? Por Dios Herminia, deje de mover la mano tanto que le va a sacar un ojo a alguno de sus compañeros. Y escupa eso que lleva en la voca, no se puede comer en clase. ¡Por Dios, que asco! ¿Qué ha estado comiendo? ¿Criadillas? Conteste de una vez por favor.
- Mi tía abuela por parte de madre hizo un curso de defensa personal en la casa de la mujer. Le enseñaron que para defenderse de abusones lo mejor era usar un spray de pimienta o llevar un ladrillo en el bolso y atizarles o sino, a una mala, arrearles una patada en los cataplines, romperles la nariz de un rodillazo, meterles los pulgares en la cuenca de los ojos y estirar, arrancarles la ternilla de la oreja de un mordisco y si siguen moviéndose, aunque sean espasmos, golpearles repetidas veces en la nuez. Después hay que llamar al 112 emergencias y pedir socorro.
- Podría valer, no es necesario provocar tantas lesiones pero me vale. Un punto para Gimeno. Ahora vamos a un ejemplo práctico, necesito dos voluntarios, tú y tú – Dijo señalando a Ro Ro y Gerardo, puestos a que se derramara sangre que fuese la de “Gimeno”


Los dos amigos se levantaron y acudieron hasta donde el profesor, frente a la pizarra.
El profesor, se sacó de un bolsillo una careta de plástico blanca y negra que tenía forma de fantasma, era como la de la película “scream” y daba un mal rollo que te mueres. Gerardo, al verla, lanzó un gritito de maricona y se tapó la cara con las dos manos, toda la clase se rió de su reacción.


- Es solo una careta señor Putas, no tenga miedo – Le dijo el profesor que no cambiaba la expresión sombría de su rostro por nada del mundo – Ahora señor Rodriguez va a salir por esa puerta y se va a poner esta careta para meterse mejor en el papel de “Dementira”, tendrá que ir a por el señor Putas como si fuese tu víctima, piense en un querubín al que tratas de meterle mano. Señor Putas aplique la teoría de su compañera Herminia y no las suyas, los animalitos de la Pixar no le van a salvar de los violadores. ¿Me entiende usted?
- Chachi, guachi.


Lo cierto es que Gerardo no entendió ni papa pero imaginación no le faltaba, se limitó a sacar su varita y se situó frente a la puerta por la que acababa de salir Ro Ro que en un rato se convertiría, como por arte de magia, en un despiadado Dementor. Trataría de demostrarles, tanto al profesor Ñapo como a sus compañeros, que estaba preparado para lanzar un “espectro patronus” contra el enemigo que se iba cagar y, a una mala, si no funcionaba, apuntaría con la varita de poder a los ojos. Madre mía la de puntos que le iban a dar.
De pronto, los goznes de la puerta chirriaron y tras ella apareció un rechoncho y espeluznante fantasma de mirada oscura y boca deforme. Gerardo se cagó encima y, llevado por la locura, echó a correr como una maricona que pierde el autobus, más parecía un correcaminos con prisa que iba de lado a lado de la clase gritando incoherencias y tirándolo todo y a todos a su paso. Sin escapatoria, ya que el inmóvil fantasma le cerraba el paso hacia la puerta y el resto de los allí presentes parecían haber sucumbido al encantamiento de la criatura, pues apenas se movían, no pudo más que lanzarse por la ventana sin reparar en el cristal que lo separaba de la libertad.

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