NO RECOMENDADO A MENORES DE 13 AÑOS (Bueno, mejor 18, vamos a curarnos en salud)


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V ¿Esto es Hogwarts, qué me estas contando?

Aquel viaje fue realmente agotador para Gerardo, no solo por la incomodidad que le provocaba la escasez de espacio, también por la lentitud del vehículo y por las pocas paradas que realizaba. Ro ro era uno de los pocos que lograba conciliar el sueño y cuando lo hacía apoyaba su enorme cabeza, similar a una calabaza, en el hombro de Gerardo logrando que este se le durmiera. Herminia, por su parte, cuando no estaba devorando un bocadillo o el contenido de uno de los numerosos taperwares de comida casera que le había preparado su madre, echaba la pota en las bolsas preparadas para tal efecto pues como ella mismo había confesado, era bulímica declarada. El único que no daba ningún mal era Bartolo que parecía una planta quietecico en su sitio, sonriendo al cielo y sorbiéndose los mocos.
Gerardo pasaba la mayor parte del tiempo observando el maravilloso paisaje a través de las ventanillas, los campos, los pueblos, las montañas y los ríos, todo le parecía precioso; pero sin ninguna duda, lo más impresionante de todo fue ver aquel maravilloso castillo cuya planta se adaptaba al cerro sobre el que se levantaba. Enormes torreones apuntaban hacia lo más alto y casi alcanzaban la bóveda celeste, el edificio que impresionaba por su grandiosidad, estaba rodeado por un foso con puente levadizo por lo que su belleza era inquebrantable.

- ¡Ay dio mío! – Gritó Gerardo - ¿Habéis visto, es Hogwarts?
- Pero que dices atontolinado si eso es el Alcázar de Segovia – Dijo Herminia decepcionada.
- ¿Lo que?
- Que eso no es Hogwarts que todavía nos queda un rato majo.

Gerardo había estado más que convencido de que Hogwarts sería como el maravilloso castillo donde se desarrollaba la mayor parte de su novela favorita, suntuoso y acogedor, mágico y ante todo único, por eso quedo algo decepcionado cuando vio por primera vez aquella escuela donde iba a estar internado durante un largo periodo de tiempo, que aparte de estar a tomar por culo de lejos y perdida de la mano de Dios, era un vulgar chamizo en comparación con el Hogwarts de los libros de la Rowling.

Tratose de un vulgar y antiguo caserón de grandes proporciones situado en lo alto de una colina y rodeado de un frondoso bosque que lo ocultaba de los curiosos y de cualquiera porque a nadie se le habría perdido nada por aquellos andurriales.
Para llegar hasta allí, se habían visto obligados a bajarse del bus a media hora de camino del colegio y caminar por una senda secreta que atravesaba el bosque portando todas sus pertenencias mientras esquivaban cagadillas de oveja y espinosos zarzales, por lo que llegaron más que cansados y magullados.
Aquellos niños que ya tenían familia estudiando en aquel colegio eran conscientes de lo que se iban a encontrar, pero otros muchos, como Gerardo, no pudieron más que romper a llorar decepcionados y clamar al cielo. – ¡Vaya puta mierda de sitio! - ¿Qué asco de lugar es este? - ¡Madre mía, madre mía, madre mía, pa qué, pa qué!

Sobre la enorme puerta principal, esculpido en la piedra, un texto rezaba lo siguiente:

Draco dormiens nunquam titillandus, gilipollum
(Nunca hagas cosquillas a un dragón que duerme, gilipollas)

Nadie le encontró ningún sentido a este lema, pero tampoco se lo encontraron al original del libro de la Rowling así que a joderse todo el mundo.

Después de deshacerse de sus pertenencias, se reunieron en el pequeño salón de actos donde iba a dar comienzo la ceremonia de inicio de curso.
Una vez todo el mundo estuvo sentado frente al escenario, un gran número de profesores entre los que destacaba el director “Abelardo Donbenito” por su edad, altura y por su larga barba blanca, tomaron asiento.
Entonces comenzó a sonar una grabación de mala calidad del himno de Hogwarts cuya letra no conocía ni el apuntador.


Si la magia te acompaña a ti
Y el amor por lo paranormal
Ven a Hogwarts niño a estudiar
Pocas veces te arrepentirás

A cuatro casas puedes ir
Gracias al sombrero seleccionador
“Gimeno”, “Romina”, “Josefina”
Y también “Esmirriadin”

El puto guiri que antaño la fundo
Jamás se pudo imaginar
Que un día Hogwarts se convertiría
En la más grande y mejor



El director Donbenito colocó las hojas que contenían su discurso en el atril y comenzó a leer su discurso de bienvenida, todo el mundo guardo silencio y muchos cerraron los ojos confiando dormir un ratico pues el director se había ganado la fama de “Cansino” y sus discursos eran casi tan horribles como los del rey “Juan Carlos I” por Navidad.

- Es un verdadero placer, un auténtico goce, una gran satisfacción, toda una delicia, un agrado y un alborozo poder darles la bienvenida un año más a esta escuela a unos jovencitos y jovencitas tan guapos, bellos, tan hermosos y tan maravillosos y espero sinceramente que vuestra estancia sea de lo más agradable y os sirva para convertiros en un futuro no muy lejano en unos magos de prestigio como el gran “Juan Tamariz” el inigualable “Harry Houdini” el gran “David Copperfield”, “Jean Eugène Robert-Houdin”, “Doug Henning” o mi primo Joselín el del pueblo. Tengo el presentimiento de que este curso va a ser uno de los mejores en nuestra corta, breve y efímera historia, parte de culpa la tendrán los nuevos profesores con los que Hogwarts va a contar en este nuevo curso, el profesor Haris que va a impartir la asignatura de “Cuidado de los animales”, la profesora “Nube de María” que impartirá la asignatura de “Astrología” y el profesor “Severo Ñapo” que hasta el pasado curso había impartido la asignatura de “Pociones” y que este año también impartirá “Defensa contra la magia negra”, además contaremos con nuestros profesores habituales que un año más nos honran con su presencia y absoluta dedicación. Sin más preámbulos ni más dilaciones, sin demora ni tardanza, retraso o aplazamiento vamos a dar comienzo a la ceremonia del “Sombrero seleccionador” .Les recuerdo que estaré a su entera disposición en mi despacho niños y niñas y os ruego, incluso suplico, que no dudéis en venir a verme, se os compensará con golosinas y demás vicios mundanos. Grrrrrrrrr.

*Nota: Con motivo del rollo que ha metido este personaje tan cansino me veo obligado a cortar este capítulo aquí antes de que me cojáis asco y dejéis de leer a Gerardo que no tiene culpa de nada. Continuaré en el siguiente capítulo “El Sombrero seleccionador”

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